Balance de Cancillería en la gestión Boluarte: retos ante un vecindario en el que tenemos pocos aliados

La gestión de la presidenta Boluarte ha sido duramente cuestionada
La gestión de la presidenta Boluarte ha sido duramente cuestionada, y varios líderes de la región han manifestado su desacuerdo con su gobierno, acusándola de usurpadora y criticando sus políticas. ¿Qué retos enfrenta ahora el Gobierno a través de la Cancillería? Foto: Composición

Desde que el exmandatario, Pedro Castillo, abandonó el poder en diciembre de 2022 tras un intento fallido de golpe de estado, el Perú se ha sumergido en una ola de protestas, violencia e inestabilidad. Dina Boluarte, en medio de este contexto, se convirtió en la primera mujer en encabezar nuestro históricamente convulsionado Gobierno.

En poco tiempo, la gestión de la mandataria estuvo en las vitrinas del mundo y su nombre, lejos de mencionarse por el hecho sin precedentes que significaba para Perú tener una presidenta, fue duramente cuestionado en lo que sería el inicio de una seguidilla de hechos que han conseguido tambalear las sólidas relaciones diplomáticas que se habían construido con diferentes países Latinoamericanos a lo largo de los años.

Los hechos que marcaron la crisis diplomática

El primer cuestionamiento vino desde México, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó que se debe respetar la decisión del pueblo que eligió a Pedro Castillo, quien ganó democráticamente. Asimismo, se negó a entregarle al Perú la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico. La respuesta llegó pronto de parte de la Cancillería, acusando al dignatario de injerencismo en la política peruana.

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Andrés Manuel López Obrador Foto: Cuartoscuro

Similar situación ocurrió con el gobierno colombiano encabezado por Gustavo Petro, quien ha tenido comentarios a favor de Pedro Castillo y ha criticado duramente las políticas del país, e incluso llegó a calificar lo ocurrido como un ‘atentado a la democracia’. En tal sentido, la presidenta solicitó al mandatario dejar de azuzar las protestas y lo declaró persona ‘non grata’ por sus ofensivas declaraciones.

Gobiernos como el de Chile de Gabriel Boric también han tenido una postura que no favorece a la dignataria peruana y provocaron que la Cancillería manifestara su malestar por la manera ‘irrespetuosa’ en la que la que Boric se refirió a Dina Boluarte durante su intervención en el VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En esta misma cumbre, la mandataria de Honduras, Xiomara Castro sostuvo que en el país se vivía un golpe de estado y aseguró que se debía liberar al expresidente Castillo.

La situación en relación con países como Bolivia, al mando de Luis Arce, no ha sido mejor, ya que también se ha pronunciado en desacuerdo con el nuevo Gobierno. Finalmente, Argentina también manifestó preocupación por el panorama actual.

La política exterior a siete meses del inicio de la gestión Boluarte

Han transcurrido siete meses de gobierno al mando de Dina Boluarte. Cada uno de ellos se ha enmarcado en un complicado contexto, agravado por estas tensiones diplomáticas en las que se acusa de usurpadora a la mandataria.

Los especialistas Miguel Ángel Rodríguez Mackay, internacionalista; y Omar Awapara, politólogo, con quienes Infobae Perú tuvo la oportunidad de conversar, reafirman que el gobierno de Boluarte es constitucional. Cabe preguntarse, entonces, ¿qué ha ocurrido para que la comunidad en la región y gran parte de la población afirmen con tanta seguridad lo contrario?

Para Rodríguez Mackay, el primer error de Dina Boluarte fue no declarar la naturaleza de su gobierno como una gestión de izquierda.

“Siendo nuestro vecindario político en la región dominado por gobiernos de izquierda, hemos debido tener sintonía y afinidad. Dina Boluarte no es una presidenta de derecha, y la estrategia era decirle al mundo que era un gobierno de izquierda. Al no haberse creado esas condiciones estratégicas comunicacionales, más bien la comunidad subregional, regional y hemisférica, y hasta en el mundo, creen que es un gobierno de derecha, entonces se ganó los créditos para una animadversión casi inmediata. (…) Si ella se hubiera definido como una mujer de izquierda y tenido una diplomacia que sepa transmitir ese mensaje, hubiera tenido una respuesta positiva por los gobiernos de la izquierda de la región”, aseguró el internacionalista.

Otro punto en contra de la mandataria ha sido su prolongada ausencia de diversos foros internacionales. Aunque actualmente, gracias a la aprobación de la norma que le permitirá gobernar de forma remota, ya tiene autorización para viajar, es innegable el costo que esto ha tenido.

“El hecho mismo de estar ausente en los foros políticos que ya han pasado en este medio año debilita la política exterior peruana. Debió crearse ese marco para que salga bien. Ya hemos dicho que había fórmulas adecuadas de acuerdo con la constitución política del Perú”, precisó Miguel Ángel Rodríguez.

En tanto, el politólogo Omar Awapara se manifestó en la misma línea, indicando que “el peso político de la presidenta es bastante débil”. Agregó que “no alcanza muchas veces con Cancillería o el presidente del Consejo de Ministros, sino que es necesaria la presencia de la presidenta en estos eventos, sobre todo diplomáticos”.

Las estrategias del Gobierno y la Cancillería

La presidenta peruana Dina Boluarte, izquierda, habla con la canciller Ana Cecilia Gervasi durante una ceremonia en la cancillería, el martes 20 de diciembre de 2022, en Lima, Perú. (AP Foto/Martín Mejía)
La presidenta peruana Dina Boluarte, izquierda, habla con la canciller Ana Cecilia Gervasi durante una ceremonia en la cancillería, el martes 20 de diciembre de 2022, en Lima, Perú. (AP Foto/Martín Mejía) (Martin Mejia/)

Las polémicas diplomáticas que ha protagonizado el Perú en estos siete meses no han pasado desapercibidas a los ojos del mundo, por el contrario, las respuestas que ha tenido el Gobierno frente a los comentarios hechos por mandatarios como Gustavo Petro o AMLO han traspasado las fronteras y han puesto en evidencia una cuestionable estrategia por parte de del Cancillería para reducir el impacto en nuestra imagen internacional.

En tal sentido, Miguel Ángel Rodríguez subrayó que se debió tomar medidas acertadas.

“Yo creo que una vez ya advertida y configurada la difícil relación bilateral con algunos países de la región es evidente que debimos adoptar otra estrategia para mitigar, minimizar, atenuar esa polarización. No la tuvimos. Hubo un discurso de respuesta de ida y vuelta con el presidente, por ejemplo, de México, y el daño no fue solamente bilateral, sino también a la Alianza del Pacífico. Es verdad que el daño lo comienza provocando el presidente de México, pero nosotros no hicimos nada o hicimos muy poco para no contribuir en ese proceso”, manifestó.

El internacionalista también se refirió al trabajo de la Cancillería, encabezada por Ana Cecilia Gervasi, afirmando que debe tomar un papel político más allá de ejercer solo la diplomacia. Asimismo, agregó que se requiere una mirada prospectiva y que se le de insumos de creatividad a la presidenta para construir política exterior.

En contraste con esto, el politólogo Omar Awapara sostuvo que el trabajo de la entidad ha sido correcto en sus pronunciamientos para responder a las injerencias de otros países, cuidando siempre los lazos históricos entre Perú y países como México o Colombia.

Una mirada al futuro

Para nadie es un secreto que afrontamos tiempos complejos. La jefa de Estado hará su primer viaje oficial en noviembre, rumbo a Estados Unidos, donde Perú recibirá por tercera vez la presidencia del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Sin embargo, ¿qué retos le esperan al país ahora que son pocos los vecinos en la región que nos miran con buenos ojos, y cuál debería ser el trabajo de la Cancillería y el Gobierno?

El politólogo Omar Awapara remarcó que los principales retos que afrontará la gestión se encuentran en “atraer e impulsar la inversión privada, y asegurar una buena gestión de los recursos del Estado con la inversión pública”, todo esto en medio de un contexto internacional poco favorable.

“Creo que eso es lo principal y es lo más difícil para un gobierno que no estaba preparado para gobernar y que no tiene mayor experiencia política”, agregó.

Remarcó también que el Gobierno deberá reconocer los hechos que ocurrieron durante las protestas de diciembre y enero a fin de mejorar las relaciones internacionales.

Protestas en contra del Gobierno. REUTERS/Angela Ponce
Protestas en contra del Gobierno. REUTERS/Angela Ponce (ANGELA PONCE/)

“Sería importante pensar en un refresco del gabinete ministerial, por ejemplo; asegurar que haya una investigación imparcial, algún tipo de reconocimiento de que lo que pasó entre diciembre y enero (…) creo que si no hay eso es difícil pensar en que se pueda establecer algún tipo de diálogo con actores políticos, sobre todo subnacionales y en grandes regiones que muestran su rechazo por completo al Gobierno, y poco a poco también con ello darle la vuelta al escenario regional, pensando en que la situación con México, Colombia y otros países probablemente pase también, pierda un poco la atención en la medida que los países encuentren sus propios dilemas domésticos”.

Rodriguez Mackay, por su parte, se refirió al tema central que deberá abordar Cancillería, indicando que “la comunidad subregional, regional, hemisférica y mundial, debe tener claro que Dina Boluarte no es una usurpadora”.

Asimismo, subrayó que se requiere “declarar en estado de emergencia a nuestra visión de la política exterior”, adoptando un realismo político y haciendo una evaluación real del estado de la vida internacional peruana. Finalmente, para el internacionalista algunas de las estrategias que se deben abordar de cara al futuro tienen que ver con restablecer el diálogo con los países, en especial con los que se ha tenido mayores niveles de conflictividad.

“La presidenta debe nombrar embajadores extraordinarios y especiales para que vayan a los diversos países de la región con los que tenemos mayores problemas y a los foros políticos más importantes a decir un solo discurso sobre el Perú: Que tenemos una Constitución Política y una presidenta que asumió el mandato constitucionalmente y no es usurpadora del poder; y que el Perú vive una vida interna que no es de las maravillas”.

Agregó también que Dina Boluarte debe creer firmemente que su gobierno es hasta 2026, de lo contrario las decisiones que se tomen no tendrán visión a futuro.

“Tiene que creérselo, porque si no, será un gobierno de pura inmediatez. Así no se puede gobernar. (…) Hay que tomar decisiones en otros marcos de la vida interamericana, tenemos que tener una verdadera vocería política internacional, que no tenemos, estamos ausentes. (…) Creo que por allí hay que comenzar y hacer un mea culpa, un reconocimiento para, en verdad, conocer exactamente cuáles son nuestras prioridades y fijarlas para que no se actúe casi como parchando la vida nacional o internacional del Estado peruano”, puntualizó.


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