Baja California enfrenta una ola de violencia prolongada que la ubica como el segundo estado a nivel nacional con más asesinatos durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, y donde la narcoguerra del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) contra el Cártel de Sinaloa será puesta a prueba con 14 mil 496 agentes operativos en el territorio.
O al menos eso prometen las autoridades federales tras la llegada de Marina del Pilar a la gubernatura, luego del fracaso en seguridad que resultaron los dos años de Jaime Bonilla, quien reconoció que no pudo disminuir el problema de la violencia a cuatro meses de terminar su periodo.
El cambio que no fue
Desde que comenzó la presidencia de López Obrador y hasta octubre de 2021, Baja California registra 7,741 homicidios dolosos. Bonilla admitió en julio pasado que esos índices han aumentado por la lucha de cárteles en Baja California, tanto aquellos que están arraigados, como los que incursionaron en los últimos años.
En aquel entonces hizo énfasis en el problema que enfrenta Tijuana, catalogada como la segunda ciudad más violenta del mundo. Y aunque la narcoguerra no se inauguró con él, tampoco pudo contenerla, pese a presumir coordinación entre Ejército, Guardia Nacional, Marina, policías e instancias ministeriales.
“Claro que es una preocupación para todos nosotros, que estemos en una de las ciudades más violentas, que ha sido ya por mucho tiempo, y no podemos erradicar la inseguridad. Esa es la realidad, nadie está tratando de tapar el sol con un dedo”, aceptó resignado en su transmisión en vivo del 19 de julio vía Facebook.
Que no se nos olvide que el 99.9 por ciento de los homicidios son sobre una batalla territorial sobre el narcomenudeo
“Mientras no erradiquemos esos núcleos, esos cárteles, que han venido a afectar a Baja California, que han estado por mucho tiempo arraigados, no vamos a poder erradicar los homicidios, porque están dispuestos a matarse”, aseguró el entonces gobernador.
Marina del Pilar no ha negado que la situación sea mejor, pues al final recibió al estado de manos de un miembro de su partido. Ha prometido que combatirá la inseguridad con el respaldo del presidente, sin apuntar que aún con ese apoyo, Baja California enfrenta las mismas condiciones de narcoguerra.
Según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), las ejecuciones han ido a la baja desde junio pasado y en 10 meses de 2021 se han acumulado 2,274 víctimas de este delito, una diferencia notable respecto a los 2,628 asesinatos de 2020. Sin embargo, también falta consignar lo correspondiente a noviembre y diciembre para comparar periodos similares.
La entidad igual se encuentra en el segundo lugar de homicidios dolosos, cuando se le compara en densidad poblacional. De acuerdo con los informes oficiales, Baja California presenta una tasa de 205 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, casi el triple de la media nacional que es de 72 en el mismo rango de pobladores.
En cuanto a casos específicos está detrás de Guanajuato (8,764), pero por concentración de personas, solo se posiciona después de Colima (227), otra demarcación que comenzó a gobernar Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido del presidente López Obrador.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de septiembre pasado, la percepción de inseguridad aumentó cuatro puntos en Baja California de 2019 a 2020. El 68% de los habitantes no se sentían protegidos en su ciudad, colonia ni calles, durante el gobierno de Jaime Bonilla. La inseguridad fue la principal preocupación entre bajacalifornianos, donde solo 10% de los delitos se denuncian y el 89.8% representan una cifra negra, porque nunca fueron consignados ante la autoridad.
Narcoguerra añeja y actualizada
La tendencia de ejecutados no es novedosa en Baja California, lo mismo sucedió durante el tiempo que fue gobernada por panistas en las tres últimas décadas; esos periodos ya arrastraban problemas de violencia por la disputa de la plaza que colinda con Estados Unidos, principal mercado de narcotraficantes y donde también se asentó el Cártel de Tijuana y/o Cártel de los Arellano Félix.
Pero la llegada en 2018 del gobierno morenista no representó mayores cambios. Incluso, ese año cerró con más asesinatos desde 2015 a la fecha con 2,798 casos.
Si bien los Arellano Félix ya no dominan en el estado, la batalla sigue de la mano del Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, grupo que se impuso desde que comenzó la pugna por Tijuana en la década de 1990 de la mano de Ismael Zambada García, el Mayo, y Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.
Como consecuencia de las luchas internas, arrestos y muertes de sus más importantes líderes, el Cartel de Tijuana es tan solo un vestigio de lo que alguna vez llegó a ser en la última década del siglo XX y comienzos del milenio, cuando era considerada una de las organizaciones criminales más violentas y poderosas de México.
Actualmente en Baja California domina el Cártel de Sinaloa, que afianzó su poderío en la entidad desde el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) través de Alfonso Arzate García, el Aquiles, y su hermano, René Arzate García, la Rana. Pero en 2015 irrumpió el Cártel Jalisco Nueva Generación a la pugna de la plaza y en el último par de años, los hijos del Chapo Guzmán han intentado hacerse con el control territorial.
Pablo Edwin Huerta Nuño, el Flaquito, identificado como sicario y uno de los últimos cabecillas de los Arellano Félix, ha establecido pactos de no agresión entre grupos criminales. Pero los acuerdos no han sido estables y la lucha se extiende hasta Baja California Sur. Ningún municipio se salva por su posición estratégica para embalar cargamentos y recibir la ganancia, además de armas.
Presuntamente, Huerta Nuño ya operaba para las fuerzas de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el Chapito, así como de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Alfredillo, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López. Los hijos del Chapo Guzmán pretenden afianzarse con el imperio criminal heredado, de ahí que desean abarcar todas las rutas y negocios a costa de enemistarse con ex colaboradores de su padre.
Al interior del Cártel de Sinaloa se han desatado más disputas entre Chapitos y Mayos desde 2019 en Baja California, cuando los Salazar invadieron Mexicali desde Sonora. Pues el brazo armado fiel a Guzmán Loera también respalda a los menores en la guerra contra familiares de Rafael Caro Quintero.
Además, los hermanos Arzate han destacado por diferencias intestinas con células locales y se ha reportado que huyeron a Sinaloa porque cayeron de la gracia del máximo líder por sus ambiciones y disputas provocadas con socios. A su vez, el Mayo Zambada habría encargado sus intereses en el estado a Miguel Ángel Gaxiola y/o Jesús Alejandro Sánchez, el Ruso, enemigo de los Chapitos.
Los combatientes y los delitos
En aras de combatir la inseguridad en el estado, López Obrador ordenó el despliegue de 5 mil 914 efectivos a Tijuana el 5 de junio de este año. Dos meses antes, la alcaldía fue considerada como la segunda ciudad más violenta del mundo por el ranking del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, solo detrás de Celaya, Guanajuato.
Primero fue incluida entre 15 municipios prioritarios por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero en julio la lista se amplió a 35 alcaldías más.
A partir de entonces se prometieron enfoques de prevención con programas de bienestar, atención a las adicciones, servicios y recuperación de espacios públicos. Además de inteligencia, investigación, persecución criminal y judicialización de casos relevantes en delincuencia organizada.
El secuestro registra un alza en el estado con 15 casos en 2021, pero aún se ubica en el vigésimo tercer lugar nacional. Mientras que han habido 49 víctimas de trata de personas, segundo puesto entre 32 entidades y con tendencia creciente.
Además de segundo lugar en delitos de impacto con 43 mil 970 casos en 2021 en todo el país, pero con muestras de disminución histórica. Robo de vehículos 8,847 casos, primer sitio y a la baja; robo a casa habitación, séptima posición, 2,546 eventos en 10 meses y signos decrecientes. Extorsiones a la baja, lugar 18 en México, 136 víctimas hasta octubre.
De los 17,074 efectivos en seguridad en el estado, solo 14 mil 496 son operativos. El primer total lo conforman 4,503 elementos del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, 1,194 de marina, 2,119 de la Guardia Nacional; así como 1,862 de Fuerzas Estatales y 7,396 Policías Municipales.
Los agentes encargados de resguardar el orden y que dependen de Marina del Pilar son 1,484; mientras que de los municipios hay 5,945 uniformados; el personal de campo de la Sedena es de 4,025; Marina, 955; y Guardia Nacional, 1,907 uniformados. Estos últimos son los que suman casi 14 mil 500 combatientes en la narcoguerra.
No es casual que Tijuana sea tan apreciada por los cárteles, pues el gobierno de Estados Unidos asegura que la mayor cantidad de droga cruza por su frontera suroeste.
De las más de 150 toneladas de narcóticos asegurados en México este año, en Baja California se han contabilizado 87,428 kilogramos de mariguana; 1,355 kilos de cocaína; 25,832 kg de metanfetaminas; y tres millones 90 mil 124 pastillas y 969 ampolletas de fentanilo. Más de la mitad de lo incautado en el país.
Marina del Pilar ahora pretende establecer una Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para atacar fenómenos delictivos de la mano de la federación.
No cuenta con una estrategia más allá del respaldo de López Obrador y ha dejado la tarea en manos de Iván Carpio Sánchez, quien comenzó como cabo en la Semar, pero desde 2005 ha ocupado puestos civiles y desarrollado su carrera en cargos ministeriales. La gobernadora también deberá proponer al próximo fiscal general del estado, pues el reciente 7 de diciembre renunció anticipadamente Juan Guillermo Ruiz Hernández, quien debía concluir en 2024.
A diferencia de Jaime Bonilla, la morenista tendrá seis años por delante, incluso media gubernatura después de que AMLO termine su mandato. El CJNG amenazó a Marina del Pilar un mes antes de que tomara posesión, acusándola de pactos con el Cártel de Sinaloa y con la promesa de que el estado arderá si no cambiaba de bando. El ex gobernador fue advertido por el mismo grupo criminal en abril pasado.
Mientras tanto, los asesinatos, narcomantas, policías ultimados, cuerpos descuartizados, feminicidios, secuestros, desaparecidos, tráfico de drogas y narcomenudeo siguen en Baja California.
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