CANBERRA, Australia (AP) — Turistas internacionales y de negocios comenzaron a llegar el lunes a Australia con escasas restricciones, reuniendo a familias en emotivos encuentros tras dos años o más separados debido a las medidas de pandemia más draconianas del mundo en una democracia.
Australia cerró sus fronteras al turismo en marzo de 2020 en un intento de reducir los contagios locales de COVID-19, pero el lunes eliminó sus últimas restricciones para los pasajeros que han completado su vacunación.
La turista británica Sue Witton abrazó entre lágrimas a su hijo adulto, Simon Witton, cuando la recibió en el aeropuerto de Melbourne.
“Setecientos veinticuatro (días) separados y es mi único hijo, y estoy sola, de modo que esto significa un mundo para mí”, dijo la madre a periodistas.
“No quiero soltarle. De verdad no quiero soltarle. Oh, simplemente es hermoso. Gracias por dejarme regresar. Estamos muy agradecidos, muy, muy agradecidos”, añadió.
Los viajeros fueron recibidos en el aeropuerto de Sydney por personas entusiastas que alzaban koalas de juguete y comidas populares en Australia como chocolatinas TimTam y botes del untable Vegemite.
El ministro federal de Turismo, Dan Tehan, acudió para recibir a los primeros en llegar en un vuelo de Qantas desde Los Ángeles que aterrizó a las 6:20 de la mañana, hora local.
“Creo que habrá un repunte muy fuerte en nuestro mercado turístico. Nuestras maravillosas experiencias no han desaparecido”, dijo Tehan.
La ministra del Interior, Karen Andrews, indicó que se comprobaría la vacunación de todos los viajeros antes de su llegada para evitar una repetición de la debacle en torno a la visa del astro del tenis Novak Djokovic.
Djokovic obtuvo una visa a través de un proceso automatizado antes de salir desde España para competir en el Abierto de Australia en enero, pero fue deportado tras llegar a Melbourne porque no estaba vacunado contra el COVID-19.
La directora gerente de Turismo de Australia, Phillipa Harrison, dijo que esperaba que las cifras de turistas tardaran dos años en alcanzar los niveles de antes de la pandemia.
El primer ministro, Scott Morrison, indicó que 1,2 millones de personas tenían visas para entrar en Australia y se esperaba que 56 vuelos internacionales llegaran en las 24 horas tras reabrir la frontera.
Australia reportó el lunes 17.736 nuevos casos de COVID-19 y 34 muertes en las 24 horas previas. Desde el inicio de la pandemia han muerto 4.929 personas en el país.
Australia impuso unas de las restricciones de desplazamientos más estrictas del mundo a sus ciudadanos y residentes permanentes en marzo de 2020 para impedir que llevaran el COVID-19 a casa.
Los viajeros tenían que solicitar una exención al veto a los viajes, pero el turismo no era una opción aceptada. Cuando se relajaron las restricciones en noviembre tras un incremento de la tasa de vacunación en la población australiana, se priorizó a estudiantes internacionales y migrantes cualificados. También se permitió antes la entrada de turistas de Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur.
Los estados y territorios australianos también tienen sus propias normas contra el COVID-19. Las más duras son las del estado de Australia Occidental, que supone en torno a un tercio del territorio continental.
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