En Colombia, las estadísticas oficiales emplean una peculiar metodología para clasificar a sus ciudadanos en diferentes estratos o clases sociales. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) toma como referencia una normativa internacional, con la cual establece que las familias colombianas, cuyos ingresos mensuales se ubican alrededor de los $3.5 millones, son consideradas parte de la categoría de clase media.
No obstante, cuando se divide este ingreso entre las cuatro o cinco personas que conforman típicamente un hogar, padres e hijos, el ingreso per cápita mensual se reduce significativamente, llegando a alrededor de $600,000 o $700,000 por persona. Esto plantea interrogantes sobre la validez de esta clasificación.
Recientemente, el Dane divulgó las cifras de desempleo en el país, lo que ha reavivado el debate sobre la verdadera naturaleza de esta categorización oficial.
A este debate se le suma un estudio realizado por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), en el cual se presenta una clasificación socioeconómica alternativa. Según este estudio, aquellos que ganan $420,676 mensuales se encuentran en la parte más baja de la pirámide, mientras que los que reciben $780,000 se consideran parte de la clase media. Se etiqueta como clase alta a aquellos que devengan $4,201,570, dejando en evidencia que las dos primeras clases sociales se diferencian, aproximadamente, por $300.000 y dejando un margen de diferencia con la última clase social de más de $3.000.000.
Para muchas familias pertenecientes a la clase media, el principal desafío es mantenerse en esa categoría. Según el Dane, en 2021, aproximadamente 1,200,000 personas que habían caído en la pobreza debido a la pandemia del covid-19 lograron recuperar su estatus de clase media. Esto subraya la fluidez de las categorías sociales en Colombia y la necesidad de una revisión constante para comprender adecuadamente la situación económica de sus habitantes.
A pesar de dichas cifras, algunos trabajadores informales de Bogotá no se consideran, ni de cerca, de clase media. No solo deben trabajar para velar por sí mismos, sino que lo hacen para mantener a otras personas como hijos y hermanos. Deben solventar gastos de salud, alimentación, arriendo y estudios para dos o más personas en sus hogares, un hecho que ha sido explicado durante mucho tiempo por medios de comunicación, activistas y otros análisis demográficos.
Por otra parte, teniendo en cuenta la mismo sitio web de la entidad estadística, “las metodologías de estratificación unificadas vigentes son diferentes para las zonas urbanas y rurales del país, teniendo en cuenta las diferencias que presentan. Abarcan tanto los procedimientos técnicos de realización de los estudios, basados en información predial catastral disponible y en información recolectada directamente por las alcaldías, como los métodos de zonificación y clasificación para la conformación de estratos. Están contenidas en manuales y aplicativos de computador que se suministran directamente a cada alcaldía y permiten que los resultados se actualicen permanentemente”.
El proceso de estratificación urbano se lleva a cabo utilizando la información actualizada de la base predial catastral urbana, considerando como unidad de estratificación los inmuebles residenciales, ya sean casas o apartamentos.
El Dane apoya a las alcaldías proporcionando manuales, herramientas informáticas, formularios y formatos necesarios para mantener y actualizar esta estratificación.
Las actividades comprendidas en esta metodología incluyen el procesamiento de la información catastral predial, la verificación en terreno de los resultados preliminares de la estratificación zonificada, el procesamiento individualizado de la información de cada propiedad, la revisión de viviendas inusuales, la evaluación del impacto de los resultados y la preparación para la adopción y aplicación de la estratificación.
Una vez que se haya realizado el cálculo, el municipio contará con herramientas como planos, informes, manuales y aplicaciones informáticas para mantener actualizada la estratificación.
Estos recursos también permitirán generar la información necesaria para la facturación de servicios públicos domiciliarios y para obtener la certificación ante la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.
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