Artritis idiopática juvenil: causas, síntomas y tratamiento

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La artritis idiopática juvenil, anteriormente denominada “artritis reumatoide juvenil”, es el tipo más frecuente de artritis en los niños menores de 16 años de edad.

La artritis idiopática juvenil puede causar dolor, inflamación y rigidez articular persistentes. Algunos niños podrían experimentar síntomas durante unos pocos meses solamente, mientras que otros presentan síntomas por muchos años.

Algunos tipos de artritis idiopática juvenil pueden causar complicaciones graves, por ejemplo, trastornos de crecimiento, daño articular e inflamación ocular. El tratamiento se centra en controlar el dolor y la inflamación, mejorar la función y prevenir el daño.

Síntomas

Los signos y síntomas más frecuentes de la artritis idiopática juvenil son:

Dolor. Aunque tu hijo podría no quejarse de dolor articular, tal vez notes que cojea, especialmente apenas se levanta a la mañana o después de una siesta.
Hinchazón. Es común que las articulaciones se hinchen, pero a menudo se nota primero en las articulaciones más grandes, como la rodilla.
Rigidez. Quizás notes que tu hijo parece más torpe que lo habitual, especialmente por la mañana o después de las siestas.
Fiebre, ganglios linfáticos inflamados y sarpullido. En algunos casos, puede haber fiebre alta, inflamación de los ganglios linfáticos o un sarpullido en el tronco, que suele empeorar por las noches.

La artritis idiopática juvenil puede afectar a una o varias articulaciones. Hay varios subtipos diferentes de artritis idiopática juvenil, pero los principales son sistémicos, oligoarticulares y poliarticulares. El tipo que tenga tu hijo dependerá de los síntomas, del número de articulaciones afectadas y de si la fiebre y los sarpullidos son características destacadas.

Al igual que otras formas de artritis, la artritis idiopática juvenil se caracteriza por períodos en los que los síntomas se intensifican y otros en los que pueden ser mínimos.

Cuándo consultar al médico

Lleva a tu hijo al médico si tiene dolor articular, hinchazón o rigidez por más de una semana, especialmente si también tiene fiebre.

Salud
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Shutterstock)

Factores de riesgo

Algunas formas de artritis idiopática juvenil son más frecuentes en las niñas.

Salud
Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (UNAM)

Diagnóstico

Es posible que el diagnóstico de artritis idiopática juvenil sea difícil de establecer, puesto que el dolor articular tal vez se deba a muchos tipos de problemas diferentes. No existe una prueba única que pueda confirmar el diagnóstico, pero hay pruebas que pueden ayudar a descartar otras afecciones que producen signos y síntomas similares.

Análisis de sangre

Algunos de los análisis de sangre más comunes en casos presuntos incluyen los siguientes:

Velocidad de sedimentación globular. La velocidad de sedimentación es la velocidad a la que los glóbulos rojos se depositan en el fondo de un tubo de sangre. Una velocidad elevada puede indicar inflamación. La velocidad de sedimentación globular se mide principalmente para determinar el grado de inflamación.
Proteína C reactiva. Este análisis de sangre también mide el nivel de inflamación general del organismo, pero en una escala diferente que la utilizada para medir la velocidad de sedimentación globular .
Anticuerpos antinucleares. Los anticuerpos antinucleares son proteínas que comúnmente produce el sistema inmunitario de las personas que padecen enfermedades autoinmunitarias, entre ellas, la artritis. Representan un indicador de una mayor posibilidad de inflamación ocular.
Factor reumatoide. Estos anticuerpos se encuentran ocasionalmente en la sangre de niños con artritis idiopática juvenil y esto puede significar que hay un mayor riesgo de daño a causa de la artritis.
Anticuerpos antipéptido citrulinado cíclico. Al igual que el factor reumatoide, los anticuerpos antipéptido citrulinado cíclico también podrían encontrarse en la sangre de niños con artritis idiopática juvenil y pueden indicar un mayor riesgo de daños.

En muchos niños con artritis idiopática juvenil, no se encontrará una anomalía importante en estos análisis de sangre.

Exploraciones por imágenes

Las radiografías o las imágenes por resonancia magnética pueden ser útiles para descartar otras afecciones, como fracturas, tumores, infecciones o defectos congénitos.

En ocasiones, las pruebas por imágenes también se utilizan después del diagnóstico para controlar el desarrollo de los huesos y detectar daño en las articulaciones.

Tratamiento

El tratamiento de la artritis idiopática juvenil se centra en ayudar a tu hijo a mantener un nivel normal de actividad física y social. Para lograrlo, los médicos podrían combinar estrategias para aliviar el dolor y la inflamación, mantener el movimiento y la fuerza totales y prevenir las complicaciones.

Medicamentos

Los medicamentos usados para ayudar a los niños con artritis reumatoide idiopática juvenil se indican para reducir el dolor, mejorar la función y minimizar el daño potencial a las articulaciones.

Los medicamentos frecuentes incluyen:

Medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Estos medicamentos, por ejemplo, el ibuprofeno (Advil, Motrin y otros) y el naproxeno sódico (Aleve), alivian el dolor y reducen la hinchazón. Los efectos secundarios comprenden dolor de estómago y, menos frecuentemente, problemas renales y hepáticos.

Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad. Los médicos utilizan estos medicamentos cuando los medicamentos antiinflamatorios no esteroides solos no consiguen aliviar los síntomas de dolor e hinchazón articulares, o cuando existe un riesgo alto de daño en el futuro.

Los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad pueden administrarse en combinación con un medicamento antiinflamatorio no esteroide y se utilizan para hacer más lento el avance de la artritis reumatoide idiopática juvenil. El medicamento antirreumático modificador de la enfermedad utilizado más frecuentemente en niños es el metotrexato (Trexall, Xatmep y otros). Los efectos secundarios del metotrexato incluyen náuseas, valores bajos en el hemograma, problemas hepáticos y riesgo leve de infección.

Agentes biológicos. También conocidos como modificadores de la respuesta biológica, este tipo de medicamentos nuevos incluye los inhibidores del factor de necrosis tumoral, como el etanercept (Enbrel, Erelzi, Eticovo), el adalimumab (Humira), el golimumab (Simponi) y el infliximab (Remicade, Inflectra y otros). Estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación sistémica y prevenir el daño en las articulaciones. Pueden usarse con los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad y otros medicamentos.

Otros agentes biológicos inhiben el sistema inmunitario de diferentes maneras, como el abatacept (Orencia), el rituximab (Rituxan, Truxima, Ruxience), la anakinra (Kineret) y el tocilizumab (Actemra). Todos los agentes biológicos pueden aumentar el riesgo de infecciones.

Corticosteroides. Los medicamentos como la prednisona pueden utilizarse para controlar los síntomas hasta que otro medicamento surta efecto. También se los usa para tratar inflamaciones cuando no son en las articulaciones, como inflamación del saco que envuelve al corazón.

Estos medicamentos pueden interferir en el crecimiento normal y aumentar la predisposición a contraer infecciones, por lo que en general deben utilizarse durante el menor tiempo posible.

Terapias

El médico podría recomendar que tu hijo trabaje con un fisioterapeuta para ayudarle a mantener flexibles las articulaciones y conservar la amplitud de movimientos y el tono muscular.

Un fisioterapeuta o un terapeuta ocupacional podría darte más recomendaciones respecto del mejor ejercicio y equipo protector para tu hijo.

También podría recomendarte que tu hijo utilice soportes articulares o férulas para ayudar a proteger las articulaciones y a mantenerlas en una buena posición funcional.

Cirugía

En casos muy graves, es posible que se necesite una cirugía para mejorar la función articular.

Con información de Mayo Clinic

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