ARFID en niños, un comportamiento alimentario especialmente delicado

ARCHIVO - ¡No me gusta! Tras una conducta alimenticia extremadamente selectiva puede esconderse un desorden de ingesta alimentaria evitativa o restrictiva. Foto: Jens Kalaene/dpa
ARCHIVO – ¡No me gusta! Tras una conducta alimenticia extremadamente selectiva puede esconderse un desorden de ingesta alimentaria evitativa o restrictiva. Foto: Jens Kalaene/dpa (Jens Kalaene/)

Cuando un niño prácticamente no quiere comer, una enfermedad psiquiátrica puede estar causando esta conducta anómala, según advierte la Asociación Profesional de Pediatría y Adolescencia de Alemania (BVKJ).

En la jerga médica se habla de ARFID (Avoidant/Restrictive Food Intake Disorder) o, traducido al español, desorden de ingesta alimentaria evitativa o restrictiva.

Según explica el pediatra y experto de BVKJ Hermann Josef Kahl, para los niños afectados, comer suele estar asociado a ciertos temores y repugnancias.

“Por ejemplo, no quieren tragar, porque temen ahogarse o vomitar, o tienen problemas con la composición de un alimento”, agrega el especialista. Asimismo pueden desarrollar un profundo rechazo ante los olores o el aspecto de determinados alimentos.

Alentar y no obligar

Kahl aclara que imponer una obligación a comer en este contexto, solo consigue profundizar este rechazo, y que las horas de la comida estarán así vinculadas con numerosos conflictos.

Por ello, la asociación sugiere que es mejor lograr un buen clima para la hora de comer, explicar ampliamente e involucrar al niño en la preparación de los alimentos.

Este “comportamiento alimentario especialmente delicado”, como lo denomina la BVKJ, comienza a desarrollarse en la mayoría de los casos en la época de la lactancia o en la niñez temprana.

Todavía no se conoce la causa de ARFID. La pérdida de peso y las deficiencias nutricionales suelen ser algunos de los efectos colaterales de este trastorno alimentario.

Excluir otras causas

Kahl señala que si los padres abrigan una sospecha de ARFID, deberían descartar primero la existencia de problemas gastrointestinales, alergias o intolerancias a determinados alimentos como motivo de este extremo comportamiento selectivo del menor para con los alimentos.

En el tratamiento del trastorno ARFID, señala la asociación, deberían participar y cooperar diferentes especialistas de pediatría, asesoramiento nutricional y terapia conductual especializada en trastornos alimentarios.

dpa

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