Alejandro Ardila es un ciudadano colombiano que tiene 47 años y estudió pintura; además realizó un máster en Artes plásticas, visuales y del espacio urbano en la Academia Real de Bellas Artes de Bruselas, en la capital del Bélgica. Hace más de 20 años que trabaja en esa ciudad con la Asociación Art Mural, con la que ha pintado gran parte de los murales en ciudades como: Bruselas, Amberes y Turnhout y otras más.
Este hombre también es el organizador de la Ruta del Cómic (que busca destacar a personajes famosos del género como: Tintín, Astérix y Obélix, Corto Maltés). Estos murales pueden ser apreciados en tamaño considerable en las calles de Bélgica.
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El artista relató en entrevista para Radio Nacional que su primer año de vida se desarrolló en Villavicencio, también vivió parte de su infancia en ciudades como Cali y Bogotá. Durante estos cambios de ciudad estuvo al cuidado de sus familiares que se dedican al comercio.
Cuando se trasladó a Cali, varias cosas cambiaron en la vida de Alejandro porque su mamá obtuvo una importante galería de arte que se ubicaba en la avenida Sexta. En este lugar conoció al especialista en la técnica de pintura Batik -técnica para teñir telas utilizando cera, y tintas-, Fred Andrade. Así aprendió la técnica y la fue desarrollando poco a poco.
Mientras que vivió en Cali, estudio en el Colegio Horacio Gómez, donde se impartía una pedagogía relacionada con la parte espiritual. En este entorno educativo, Alejandro desarrolló sensibilidad hacia la vida, la cultura y las artes.
Además, tuvo la oportunidad de pasar una gran parte de su infancia y juventud en el barrio San Antonio, donde conoció varios personajes del ámbito artístico como el maestro Enrique Buenaventura, fundador del Teatro Experimental de Cali (TEC), músicos de la Filarmónica, el fotógrafo Fernell Franco y el ceramista Mauro Phazan, entre otros. En Cali también conoció a su compañera de vida, Diana Montes, con quien tiene un hijo llamado Emanuel, de nueve años.
Mientras cursaba su bachillerato, Alejandro comenzó a estudiar bellas artes en el Instituto Popular de Cultura (IPC). Tuvo maestros que aún recuerda, como el profesor de dibujo Braulio Lucumí. Aunque, no pudo completar la carrera debido a un paro y decidió trasladarse a Bogotá para estudiar cine.
Allí Alejandro se estableció en un pequeño apartamento que su abuela Leonor había adquirido en el barrio La Candelaria, vivió junto a su padre Julio Ardila, pionero del teatro unipersonal en Colombia, quien actualmente reside en Berlín, Alemania.
Después de retornar a Cali, Alejandro entró a la Escuela de Bellas Artes, donde tuvo maestros como Miguel González (que enseñaba historia del arte). Elías Heim (destacado artista contemporáneo). Heim fue quien lo alentó para mudarse a Europa.
“Tuve un maestro llamado José Horacio Martínez, experto en expresión abstracta. Su trabajo influyó en mi obra, ya que utilizaba la textura de manera muy espontánea. Comencé a incorporar textura en mis obras, pero hacia un enfoque figurativo (…) ‘’, comentó el artista en entrevista con Radio Nacional.
El concurso que lo catapultó en la cima
Su madre, quien vivía en Bruselas desde 2003, le mencionó sobre un concurso en esta ciudad para crear dos murales en el vecindario árabe de Saint José. Alejandro envió una propuesta en la que fusionaba la técnica del mosaico con la pintura mural, generando un proyecto participativo con la comunidad. Cada mural tenía aproximadamente 70 metros cuadrados.
Tal fue el recibimiento de su trabajo que le ofrecieron la posibilidad de viajar a Bruselas. Y decidió embarcarse en una nueva aventura.
Ese mismo año Alejando viajó a la capital del Bélgica y lo recibieron David Vandegeerde y Georgios Oreopoulos, fundadores de la Asociación Art Mural, colectivo creando en Bélgica. De esta manera, el artista inició a desarrollar su proyecto de murales que duró alrededor de un año.
Alejandro y su familia
Luego de un año en Brucelas, la novia de Alejandro (Diana) se pudo unir a él luego de obtener sus papeles como licenciada en arte dramático. Y dos años más tarde, la pareja encontró una convocatoria en la que pudieron fusionar los dos talentos. Gracias al proyecto sociocultural llamado “Zinneke Parade”, en el que crearon carruajes con soldadura que formaron parte de un gran desfile que se acompañó con músicos, bailarines y efectos pirotécnicos.
De esta manera, Diana y Alejandro empezaron a sumergirse en el mundo artístico de Bruselas. Organizaron eventos culturales sobre Colombia como: conferencias, exposiciones y proyecciones de películas. También llevaron a cabo una actividad inspirada en el Carnaval de Barranquilla. Y luego de este trabajo, obtuvieron el estatus de artistas, lo que les permitió desarrollar su labor con mayor tranquilidad.
En la actualidad Diana lidera un grupo que lleva por nombre “Sin voz”, el cual realiza trabajos de performance de la mano de mujeres inmigrantes de América Latina, por medio de los cuales expresan dolor, discriminación y la maternidad.
La última presentación del grupo se desarrolló en la tercera Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea en Bruselas.
Respecto a Alejandro, este ganó una convocatoria relacionada con el embellecimiento de un edificio que alberga un teatro para niños y apartamentos de interés social en la ciudad de Charleroi, Bélgica.
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