Afganistán.- Prestar asistencia humanitaria en Afganistán, una carrera contrarreloj

La situación humanitaria en el país asiático ya era una de las peores del mundo a principios de 2021

La financiación es insuficiente para abordar problemas como la violencia por razones de género

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

Millones de personas en Afganistán están afectadas por décadas de conflicto, desplazamiento, pobreza crónica, sequías severas, un fracasado sistema sanitario, la pandemia de COVID-19 y una economía al borde del colapso. La reconquista del poder por parte de los talibán amenaza con empeorar una situación ya penosa, mientras que Naciones Unidas y diversas ONG han emprendido una carrera contrarreloj para proporcionar asistencia humanitaria en el país asiático.

A principios de 2021, la situación humanitaria en Afganistán ya era una de las peores del mundo, con cerca de la mitad de la población –unos 18,4 millones de personas– que requerían asistencia humanitaria. El conflicto y la inseguridad han causado el desplazamiento de unas 700.000 personas este año. En total más de 3,5 millones de afganos están desarraigados por el conflicto, mientras que los últimos acontecimientos en el país han agravado las necesidades y las vulnerabilidades de la ciudadanía afgana.

El 13 de septiembre, la comunidad internacional pidió 606 millones de dólares (más de 524.200 millones de euros) para proporcionar ayuda que salve la vida a 10,8 millones de los afganos en situación de mayor vulnerabilidad hasta finales de año. A pesar de que Afganistán atraía la atención global en esos momentos, el llamamiento está financiado sólo al 35 por ciento.

Por ello, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha pedido que los compromisos de los donantes “se conviertan en realidad urgentemente” para “asegurar que las organizaciones humanitarias puedan responder antes de que sea tarde”.

“Sin una acción urgente, la situación humanitaria continuará deteriorándose en 2022”, ha advertido, antes de remarcar que las autoridades afganas ‘de facto’, los Estados miembros de Naciones Unidas, los donantes, las organizaciones humanitarias y otras partes interesadas “tienen que movilizarse inmediatamente para evitar una mayor catástrofe humanitaria”.

En este sentido, la OCHA también ha urgido a garantizar el desplazamiento seguro y libre de bienes y personal humanitario y a tomar medidas para asegurar una respuesta inclusiva para que todos los trabajadores humanitarios, mujeres incluidas, puedan ser libres para llevar a cabo un trabajo “que salva vidas”.

La financiación de la ayuda humanitaria para Afganistán cubre varios aspectos. En septiembre, más de 3,8 millones de personas recibieron asistencia alimentaria, mientras que 21.000 niños con edades comprendidas entre los seis y los casi cinco años y 10.000 mujeres recibieron tratamiento para la malnutrición aguda.

Además, 32.000 personas recibieron ayuda en forma de mantas y ropa de abrigo de cara al invierno; 10.000 niños participaron en actividades educativas en sus comunidades; 450.000 personas recibieron tratamiento médico; y 12.000 apoyo psicosocial y psicológico de emergencia. También, 186.000 personas afectadas por la sequía recibieron agua y 150.000 ‘kits’ de higiene.

“Las personas de Afganistán no deben pagar el precio de los fracasos colectivos”, ha valorado el coordinador humanitario de la ONU en Afganistán, Ramiz Alakbarov, que ha insistido en que “merecen una vida normal en paz y con dignidad”. “No escatimaremos esfuerzos para responder a las necesidades de todas las mujeres, hombres y niños en Afganistán”, ha agregado.

“La comunidad humanitaria en Afganistán reitera su compromiso de repartir ayuda incondicional a millones de personas basándose en sus necesidades, en línea con los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”, ha rematado la OCHA.

AYUDA “SENSIBLE AL GÉNERO”

Uno de los colectivos que más riesgo sufre en el nuevo Afganistán son las mujeres, que ven amenazados lo logrado en las últimas dos décadas en un contexto de emergencia humanitaria. La organización humanitaria Refugees International ha señalado la necesidad de que la respuesta a la deteriorada situación humanitaria en el país asiático sea “efectiva” y tenga un enfoque “sensible al género”.

En un reciente informe, Refugees International hace referencia a un eventual reconocimiento de la comunidad internacional del Gobierno talibán y pone el foco en que las consideraciones deben centrarse en el respeto a los derechos fundamentales de las mujeres y niñas y en si facilitan que los esfuerzos para cubrir sus necesidades humanitarias les lleguen de forma efectiva.

Según la organización, uno de los aspectos que evidencian las crisis en todo el mundo es el incremento de la violencia basada en el género –incluyendo el matrimonio infantil y forzado– y que las mujeres y niñas estén en un mayor riesgo de explotación. “Afganistán no es una excepción”, alerta el trabajo.

Refugees International ha recordado que la violencia por motivos de género “siempre ha sido un problema enorme en Afganistán” y “se espera que se propague aún más con los talibán en el poder”. Hasta septiembre de 2020, el 87 por ciento de las mujeres afganas había experimentado al menos una forma de violencia basada en el género, mientras que un 62 por ciento había experimentado las tres: psicológica, física y sexual.

En referencia al matrimonio infantil, también un problema “que prevalece”, en 2018 entre el 30 y el 40 por ciento de las jóvenes afganas se habían casado antes de los 18. Ahora, con los talibán al mando, han surgido informaciones sobre líderes talibán buscando mujeres solteras en pueblos y “casándolas” con milicianos insurgentes.

En la conferencia internacional de donantes de septiembre, los países comprometieron 1.200 millones de dólares adicionales (más de mil millones de euros) para apoyar las actividades humanitarias en Afganistán, pero los gobiernos donantes han financiado únicamente el 63 por ciento del Plan de Respuesta Humanitario para Afganistán para 2018-2021.

Entre este montante y el del llamamiento del 13 de septiembre, sólo el 0,3 por ciento del dinero se dedicará al programa de violencia por razones de género en un país en el que las tasas son “notablemente altas”, denuncia la organización.

Por su parte, los talibán quieren legitimidad internacional y ayuda económica internacional. Justo antes de la conferencia de donantes, el ministro de Exteriores interino de Afganistán, Amir Jan Muttaqi, dijo que esperaba que “la comunidad internacional echara una mano a Afganistán en varios aspectos”.

Ya han creado la llamada Comisión de Control de Sociedades y Organizaciones, que regulará el registro, la fiscalidad y las actividades de las organizaciones humanitarias y las empresas privadas. El establecimiento del órgano manda el mensaje de que los talibán quieren vigilar, si no controlar totalmente, la ayuda extranjera.

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