2-1. Triunfo de fe y polémica del Atlético

(Actualiza el titular)

Iñaki Dufour

Madrid, 8 oct (EFE).- Desfondado por las lesiones, por la acumulación de partidos, por la insoportable carga de minutos en muchos de sus futbolistas, el Atlético de Madrid sometió a la Real Sociedad mientras le duró la fuerza, hasta mediado el segundo tiempo, cuando su oponente reaccionó con el 1-1 de Oyarzabal, pero del que se rehizo después, con un penalti transformado por Antoine Griezmann al borde del final para restablecer la victoria (2-1).

Un triunfo agónico, en el minuto 89 por la mano de Carlos Fernández sobre un disparo del propio internacional francés, cuando menos lo esperaba el conjunto rojiblanco, mejor durante una hora que su adversario, peor después y, de repente, ganador entre su visible fatiga para tomar rumbo al parón de selecciones con cinco triunfos consecutivos, cuatro de ellos en LaLiga. Y una racha de catorce en el Metropolitano, que lo lanza hacia arriba.

Un giro de guion final para el Atlético y para la Real Sociedad, que también reclamó un penalti por una mano de Álvaro Morata, aún con 1-0 en contra, que el árbitro, Munuera Montero, no percibió para la pena máxima, y que se dejó su racha de cuatro triunfos seguidos, tres en el campeonato, cuando se sentía más armado, más fuerte, que el equipo rojiblanco, cuyo desgaste dimensiona aún más un triunfo de este calibre.

Primero golpeó el Atlético. Tenía claro por dónde atacar. En su análisis detectó el punto débil del lateral derecho. De Traoré. Y ahí incidió en cuanto tuvo ocasión. Siempre amenazante Lino, era el sector a explorar más decididamente. La jugada no tuvo mucha parafernalia: un simple saque de banda en su campo a Koke, que la controló, se la acomodó en su territorio. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis toques… Y el pase largo. Perfecto.

Ya había iniciado la carrera Samuel Lino a la espalda de Traoré. Su gran control con la derecha, orientado en su carrera, hizo el resto para proponer el pulso contra Remiro que no fue tal porque el extremo brasileño tiró inmediatamente después con la izquierda para batir al guardameta y a la Real Sociedad, desnudada entonces sin intuirlo. Con una eficacia total. Era el minuto 22. Preparación, velocidad, precisión y definición. Todo concentrado.

Un éxito en el estudio del partido, como también lo fue la forma en que se aplicó para que no pasara nada, absolutamente nada, cuando la Real Sociedad sostuvo el balón durante todo el primer tramo. Para que ni Kubo ni Barrenetxea, tampoco Mikel Oyarzabal, hicieran nada. El extremo japonés apenas desbordó a nadie, entre el sistema de ayudas con De Paul, el despliegue de Lino, determinante ofensivamente, firme atrás, completo en cada misión, y las coberturas y el oportunismo de Hermoso, seguro en cada pugna y en cada cruce.

Salvo a los 18 segundos, cuando el Metropolitano enmudeció de repente, porque los primeros cuatro toques de la Real Sociedad desde el saque de centro terminaron adentro de la portería de Jan Oblak, aunque lo hizo Oyarzabal en fuera de juego, y la última jugada del primer tiempo, la única vez Kubo vislumbró el espacio y puso el centro al atacante, cuyo cabezazo se fue alto, el equipo visitante apenas inquietó al Atlético en el primer tiempo. Nunca fue más allá. No se vio a Zubimendi. Ni a Merino. Vigilados todos, apagados por la estructura local.

Entre uno y otro instante, aparte del gol y una sucesión de pases sin destino del equipo blanquiazul, bien cerrado por el Atlético, obstruido por el repliegue rojiblanco, el Atlético siempre leyó mucho mejor el partido. Qué tenía que hacer y cómo debía hacerlo. No se fue al descanso con más ventaja, porque Griezmann no golpeó del todo el balón en un fantástico pase de De Paul o porque el palo se interpuso en la rosca del argentino después.

La Real sólo había tirado una vez entonces, al cierre del primer tiempo. Y ni siquiera entre los tres palos. Mucho mérito del Atlético, que redujo a una expresión mínima a su rival, que venía de una serie de actuaciones imponentes, sobre todo en los primeros tiempos. En el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid, con el Inter en casa, con el Salzburgo el pasado martes en la Liga de Campeones… A años luz se quedó hasta entonces en el Metropolitano.

En el primer acto. No en el segundo, por mucho que empezó con otro remate al poste de Witsel, en una falta lanzada por Griezmann. Otro aviso más para la Real Sociedad. Otra señal más de que el partido iba por donde quería el Atlético. Hasta entonces. A la espera de qué era capaz el conjunto donostiarra, que lanzó un tiro por medio de Brais Méndez, nada del otro mundo, atrapado sin sobresaltos por Oblak. Ya bordeaba el duelo la hora de juego.

Calma tensa. Notaba ya el Atlético el desgaste. Medía cada esfuerzo. Y a la Real le sobra también talento. Tiene jugadores diferenciales, como Oyarzabal, reaparecido con un control, una media vuelta y un zapatazo con la derecha que hizo temblar la portería, la grada, al equipo rojiblanco y a Simeone cuando impactó en el poste. Un susto.

Aún más lo fue cuando el árbitro, Munuera Montero, acudió de pronto al VAR, sin que nadie hubiera anticipado el porqué. Era una mano de Morata, en un cabezazo de Brais Méndez que terminó mansamente en Oblak. Lo vio en el monitor durante casi un minuto, repetición a repetición. No lo consideró penalti. Se lamentó la Real. Sintió alivio el Atlético.

Pero también era ya una seria advertencia. El paso de los minutos consolidó a la Real Sociedad con el balón. Ya sin Kubo, cambiado en la intrascendencia de su encuentro. También, instante a instante, más presente en torno al área de Oblak. Tocaba resistencia al equipo rojiblanco, resguardado como muchos tramos antes, pero descubierto de repente a un contragolpe, con Oyarzabal solo en la carrera frente al portero. No falló. El pase fue de Carlos Fernández. Medio gol en esa acción, que señaló antes a Molina, sin contundencia.

Era el minuto 73. Y la tendencia ya acompañaba a la Real Sociedad, pero el fútbol es imprevisible, tanto o más que el Atlético, que, de pronto, creó una ocasión de Riquelme y otra de Griezmann, cuyo tiro dentro del área lo frenó con el brazo Carlos Fernández, de espaldas. Era un disparo directo a gol o a la estirada de Remiro. Penalti. Griezmann lo transformó con la izquierda para desatar la victoria. Apoteosis del Metropolitano.

– Ficha técnica:

2 – Atlético de Madrid: Oblak; Molina, Azpilicueta (Savic, m. 77), Witsel, Hermoso, Lino (Galán, m. 77); Llorente (Riquelme, m. 72), Koke, De Paul (Saúl, m. 72); Griezmann, Morata.

1 – Real Sociedad: Remiro; Traoré, Zubeldia, Le Normand (Pacheco, m. 65), Ahien Muñoz; Brais Méndez, Zubimendi, Merino (Zakharyan, m. 65), Barrenetxea (Andre Silva, m. 90); Kubo (Carlos Fernández, m. 65), Oyarzábal (Sadiq, m. 90).

Goles: 1-0, m. 22: Lino. 1-1, m. 73: Oyarzabal. 2-1, m. 89: Griezmann, de penalti.

Árbitro: Munuera Montero (C. Andaluz). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Koke (m. 48) y Griezmann (m. 94+) y a los visitantes Le Normand (m. 15) y Traoré (m. 86).

Incidencias: partido correspondiente a la novena jornada de LaLiga EA Sports, disputado en el estadio Cívitas Metropolitano ante 65.607 espectadores.

Madrid, 8 oct (EFE).- Imanol Alguacil, entrenador de la Real Sociedad, explicó este domingo, tras la derrota contra el Atlético de Madrid (2-1), que no habla del árbitro, tras la polémica generada por un penalti por mano pitado a favor del conjunto rojiblanco y otro no señalado para su equipo, porque para eso estáis “vosotros”, en referencia a la prensa, al tiempo que consideró que lo del cansancio “es una milonga y no hay excusas” para ninguno de los dos.

“No me preguntéis por el árbitro”, pidió el técnico en la sala de prensa del estadio Cívitas Metropolitano, donde sí expuso que no tiene claro cuándo una mano es penalti y cuándo no.

“Para eso estáis vosotros. Ya lo habéis visto y punto, se acabó. Me tengo que centrar en la propuesta del equipo, en lo que hemos hecho en el segundo tiempo, hemos ido a por ellos, hemos conseguido empatar con merecimiento y el equipo ha demostrado el nivel que tiene en el segundo tiempo. Estábamos más cerca del 1-2 que del 2-1”, señaló.

“Me siento orgulloso lo que ha mostrado el equipo en el segundo tiempo, cómo no se ha venido abajo, haya pasado lo que haya pasado en esas situaciones, cómo ha jugado el equipo de valiente, cómo lo ha intentado. Al principio, el Atleti ha hecho un gran trabajo defensivo. En el segundo tiempo hemos sido muy superiores a un grandísimo Atlético de Madrid, que lleva 14 victorias en casa”, continuó.

Para Imanol, “lo del físico”, en referencia al cansancio de ambos equipos por la acumulación de encuentros en estas tres semanas con siete encuentros de competición, “es una milonga”. “No hay excusas. Ni ellos ni nosotros. El Atlético lleva un partido menos que nosotros. No sé qué cansancio. Hemos jugado de tú a tú. Ellos de una manera y nosotros de otra, totalmente lícito, cada uno apuesta por un estilo y una manera de jugar”, declaró.

“¿Qué ha pasado en ese primer tiempo? Que el Atlético de Simeone cuando aprieta lo hace bien, cuando se repliega cierra muy bien las líneas y encima tiene jugadores que en transiciones son capaces de generarte de la nada una situación de gol. Ese primer tiempo nos han obligado a estar muy brillantes en el aspecto técnico. Nos ha faltado atrevimiento”, contestó.

“Teníamos muy claras las ideas de cómo meterles mano. Nos ha faltado esa calidad que te obliga el Atlético para meterle mano. (En el descanso) les he pedido atrevimiento, circular un pelín más rápido el balón, porque el campo estaba fatal y eso también nos ha perjudicado. Pero no hay excusas. En el segundo tiempo se ha visto otra Real y con eso me quedo”, aseguró.

Madrid, 8 oct (EFE).- Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, huyó de la polémica tras el partido contra la Real Sociedad.

“No hablo de los árbitros. Sigo en la misma línea”, dijo al ser cuestionado por las dos manos polémicas en el partido.

“Creo que todos estamos con la misma pregunta. Es muy complejo. En la primera jugada, el VAR llama al árbitro para una supuesta mano. Morata toca con los dedos. El árbitro, normalmente cuando le llaman es penal, pero tuvo la personalidad de entender que no era penal”, explicó con más detalle.

“En la segunda, que si la mano está fuera del cuerpo e interfiere. Es difícil explicarlo. Cuando te toca a favor estás contento y cuando es en contra estás jodido”, añadió.

Sobre el partido señaló que “la verdad es que después de ver el esfuerzo que los chicos siguen haciendo en esta maratón de partidos es para estar orgulloso”.

“Me siento orgulloso. Tener un plantel de futbolistas que siguen compitiendo como lo hacen es para sentirse orgullosos. Hicimos un primer tiempo bueno y en el segundo tuvimos la de Witsel y nos costó poder salir al contragolpe”, declaró.

“Ellos juegan bien y son valientes. Buscaron algo parecido a lo del Feyenoord. Controlamos bien el partido de Kubo y Oyarzabal. Desde la defensa interpretamos donde podíamos hacerles daño que es en la espalda de sus centrales. Queríamos tener gente para correr como Lino”, añadió.

Sobre Lino, destacó que sabían que es un jugador que se podía adaptar bien al puesto: “En el Valencia lo hizo bien. Teníamos expectativas de que iba a estar bien en ese lugar. Cuando un futbolista quiere es bueno para él y para su selección”.

Preguntado por las declaraciones de Imanol y su afirmación de que “el cansancio es una milonga”, Simeone comentó que “no todos los futbolista son iguales ni acusan igual el cansancio”, y que “ahora no es como antes”. “Ahora en las pretemporadas no hay tiempo para el físico. Cada partido tiene que ser como un entreno más”, agregó.

Sobre Koke, insistió en que “tiene jerarquía y compromiso” y sobre si ahora se queda más que el año pasado en el campo en los partidos, lo explicó porque “ahora” le gusta más quedarse “a disfrutar”.


Sé el primero en comentar en"2-1. Triunfo de fe y polémica del Atlético"

Dejá un comentario

Tu dirección de Correo Electrónico no será compartida


*