La Armada apuesta a un dato de la Prefectura, a la tecnología noruega y a un sumergible ruso para encontrar al submarino ARA San Juan
Víctor Angelescu fue un investigador rumano que difundió el estudio de las ciencias marinas en la Argentina. Y en su honor, se bautizó un flamante buque de investigación pesquera (BIP) de 52,8 metros de eslora munido de una ecosonda multihaz para mapeo de fondo oceánico, que fue clave para encontrar “un blanco Sonar” extraño al entorno marino a 477 metros de profundidad en el Atlántico Sur. Esa información del BIP Angelescu se transformó en un documento clasificado que se procesó a través de la tecnología aportada por Kongsberg Group, una empresa noruega fundada en 1814 que se dedica a la provisión de sistemas de alta tecnología para la defensa, las actividades aeroespaciales, la marina mercante y la búsqueda offshore de petróleo. Con el documento secreto en sus manos, la cúpula de la Armada informó a la marina rusa, que ya había aportado al Pantera Plus, un sumergible de última generación…