India y su fabricante de vacunas se tropiezan con sus promesas pandémicas
Adar Poonawalla hizo grandes promesas. Con 40 años, el jefe del mayor fabricante de vacunas del mundo se comprometió a asumir un papel de liderazgo en la iniciativa mundial para vacunar a los pobres contra el COVID-19. Su imperio con sede en India firmó acuerdos valorados en cientos de millones de dólares para fabricar y exportar las dosis a los países que sufren. Esas promesas se derrumbaron. India, inmersa en una segunda ola de coronavirus, reclama sus vacunas. Ahora, otros países y grupos de ayuda se apresuran a encontrar escasas dosis en otros lugares. En India, los políticos y el público han criticado a Poonawalla y a su empresa, el Serum Institute of India, por subir los precios en medio de una pandemia. Serum ha tenido problemas de producción que le han impedido ampliar la producción en un momento en que el país necesita cada dosis. Poonawalla ha sido criticado…