Rodrigo Álvarez: "No hay margen para la vuelta de políticas populistas"

“En un entorno de normalidad las mejoras institucionales, en infraestructura y transporte, deberían ser muy ponderadas por la sociedad. El problema se genera cuando las necesidades básicas son duramente golpeadas”
“En un entorno de normalidad las mejoras institucionales, en infraestructura y transporte, deberían ser muy ponderadas por la sociedad. El problema se genera cuando las necesidades básicas son duramente golpeadas”

La economía mostró rápidamente la fragilidad en la que se encontraba para poder mantener el rumbo hacia la desaceleración de la inflación y consecuente estabilidad cambiaria. Y hasta provocó la renuncia del ministro de Hacienda que firmó los acuerdos con el FMI, Nicolás Dujovne y la designación en la tarde de este sábado, de quien era ministro de la Provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza.

A menos de un año de la revisión y ampliación del Acuerdo I con el Fondo Monetario Internacional la tendencia a la normalización de la macroeconomía, con notable disminución del déficit fiscal primario, emisión cero para financiar al Tesoro y apreciable mejora de la cuenta corriente en divisas, no habían llegado mostrar perspectivas de mejora de la economía real, ni tampoco despejar la incertidumbre sobre la recuperación de la capacidad de pago de los vencimientos de la deuda.

Claramente, el detonante fue el resultado singularmente adverso que obtuvo el Gobierno en las PASO, a favor de un frente que no mostró nunca sus cartas en materia de plan económico a partir de 2020, más allá de  mostrar sus críticas a la gestión de Mauricio Macri, pero que tiene como antecedente inmediato, apenas 4 años, de políticas intervencionistas, cepo cambiario, restricciones al movimiento de capitales de corto plazo y de importaciones y exportaciones, confiscación de hecho de ahorros privados, al impulsar el fin de las AFJP, entre muchas otras limitaciones.

Rodrigo Álvarez, economista y CEO de Analytica Consultora, analizó en una entrevista con Infobae los grados de libertad que tendrá el próximo gobierno para hacer algo diferente a las políticas actuales que generaron fuerte rechazo en gran parte de la población y de los empresarios.

– ¿La economía estaba tan mal como para generar tanto desánimo de los sectores de medianos y altos ingresos con la política económica del Gobierno como para provocar el “voto castigo” en las PASO, o pese que se sabía en esos sectores que no era normal pagar tarifas irrisorias por los servicios públicos, se olvidó rápidamente el costo que pagaba cuando se cortaba la luz o bajaba la presión del gas?
– Creo que hay un problema de prioridades. En un entorno de normalidad las mejoras institucionales, en infraestructura y transporte, deberían ser muy ponderadas por la sociedad, porque claramente mejoran la calidad de vida. El problema se genera cuando las necesidades básicas son duramente golpeadas. Es decir, cuando se desploma el poder adquisitivo del ingreso, se pierde el trabajo, no se puede pagar la cuota de un crédito, se nublan las mejoras en otro orden.

El principal problema fue la brecha que se generó entre las expectativas en el Gobierno por las promesas de campaña en 2015 y la realidad, donde efectivamente el salario real cayó a una tasa de dos dígitos anual; se retrajo el uso del crédito privado prácticamente en un tercio en términos reales y; el empleo privado se contrajo. La actividad está en el nivel de 2010. Una nueva década perdida. Por eso la primera batalla electoral la terminó ganando por amplio margen la economía básica, el resto de las cuestiones pasaron a segundo plano.

El principal problema fue la brecha que se generó entre las expectativas en el Gobierno por las promesas de campaña en 2015 y la realidad, donde efectivamente el salario real cayó a una tasa de dos dígitos anual; se retrajo el uso del crédito privado prácticamente en un tercio en términos reales; y el empleo privado se contrajo. La actividad está en el nivel de 2010. Una nueva década perdida

– ¿Cómo ve el rol de los empresarios con el movimiento de los precios a una velocidad muy superior al de los salarios, más en estas horas de elevada incertidumbre también para los trabajadores, que terminará agudizando la recesión?
– El Gobierno pasó de un esquema de férreo control de precios de la gestión anterior, a uno donde el mercado manda sino ningún tipo de coordinación. Cuando el sistema funciona y se tiene un Banco Central que pasa a ser creíble; los agentes económicos (trabajadores, empresarios, inversores) miran la inflación futura en descenso, y se genera un proceso de coordinación virtuoso.

El problema es que, ante un evento como el de comienzos de 2018 se rompe el marco conceptual, el hacedor de política económica se queda sin instrumental de contención, porque el Banco Central pierde reputación y no le queda ningún instrumento de coordinación como tenía la gestión anterior. Guillermo Moreno fue un secretario que le hizo muchísimo daño a la economía, pero al mismo tiempo coordinó expectativas para que algunos precios suban menos que otros, para ordenar un proceso dentro de un esquema que era totalmente intervencionista.

Guillermo Moreno fue un secretario que le hizo muchísimo daño a la economía, pero al mismo tiempo coordinó expectativas para que algunos precios suban menos que otros, para ordenar un proceso dentro de un esquema que era totalmente intervencionista

Lo que digo es que se pasó de un sistema al otro, sin ningún tipo de solución de continuidad. Cuando las cosas andan bien, el mecanismo puede funcionar y converger. Pero en un escenario de crisis los empresarios tienen las manos totalmente sueltas. Me parece que hay una responsabilidad del Gobierno al fijar el marco de política económica, y los empresarios actuaron definiendo sus políticas de precios en función de decisiones totalmente descoordinadas, en base a expectativas; al temor de que el tipo de cambio se pudiera descontrolar aún más. Por tanto, actuaron como siempre ocurre en procesos de crisis, tratan de no descapitalizarse; de y trasladar rápidamente a precios los aumentos de costos. Esa es la historia clásica en la Argentina, no es novedad.

Sí me llamó la atención, la velocidad del traslado a precios. Mientras el valor de los activos argentinos se derretían en las pantallas de la City, y en paralelo los comerciante dejaban de vender sus productos; las terminales automotrices no daban precio; en fin , cualquier producto medianamente dolarizado se quedó sin referencia. La Argentina pasó a tener una velocidad de transmisión violenta.

“Actuaron como siempre ocurre en procesos de crisis, tratan de no descapitalizarse;  y de trasladar rápidamente a precios los aumentos de costos. Esa es la historia clásica en la Argentina, no es novedad”
“Actuaron como siempre ocurre en procesos de crisis, tratan de no descapitalizarse;  y de trasladar rápidamente a precios los aumentos de costos. Esa es la historia clásica en la Argentina, no es novedad”

– ¿En perspectiva, que cabe esperar del Gobierno actual, o del principal frente de oposición que ganó en las PASO, para 2020? ¿Deberán seguir con la política de búsqueda del déficit fiscal cero, ausencia de emisión y de cero financiamiento del Banco Central al Tesoro, para tender a la estabilidad de precios, o cree que eso fracasó y se debe volver a políticas keynesianas de aumento del gasto público. Hay recursos para eso?
– No. No hay margen para una vuelta al populismo. El plan de estabilización debe tener 2 etapas. La prioridad tiene que ser sacar a la Argentina de un régimen de alta inflación, esa es la clave, recuperando la credibilidad y saneando las cuentas externas genuinamente. Recién cuando la inflación se estabilice, se podrá pensar en un plan de crecimiento. Hay que pensar que la economía terminará este año con una inflación de al menos 60% anual y una recesión superior a 3 por ciento.

No hay margen para una vuelta al populismo. El plan de estabilización debe tener 2 etapas. La prioridad tiene que ser sacar a la Argentina de un régimen de alta inflación, esa es la clave, recuperando la credibilidad y saneando las cuentas externas genuinamente. Recién cuando la inflación se estabilice se podrá pensar en un plan de crecimiento

De ahí que a partir de cuándo la inflación se estabilice en niveles cercanos a 30% anual; con un sector externo balanceado; y con acceso a los mercados de crédito; recién se podrá pensar en un proceso de crecimiento, con apreciación del peso, donde el tipo de cambio se retrasa y los salarios comienzan a ganar fuerza. Es la experiencia de Chile y Perú a fines de los 80.

– ¿Por qué cree que no hay margen para pasar a una política fiscal expansiva, como el Gobierno empezó a ensayar ahora, tras el shock del resultado de las PASO?
– Básicamente, por una cuestión de confianza. La salida habitual de capitales de la Argentina obliga a tener un superávit de cuenta corriente en divisas de al menos 12.000 a 15.000 millones de dólares, para que no caigan las reservas en el Banco Central y garantizar el pago de los compromisos externos.

Para que eso pase, hay que recuperar la reputación, mostrando las cartas de política económica y ganar en credibilidad. Y eso se logrará con políticas de austeridad, que deben preceder, por ejemplo, a que se vuelva al mercado de deuda. La secuencia requiere renegociar el acuerdo con el FMI, porque el cronograma de vencimientos luce es impagable, y de lo contrario no se podrá avanzar en recuperar el acceso al mercado voluntario.

Hay que recuperar la reputación, mostrando las cartas de política económica y ganar en credibilidad. Y eso se logrará con políticas de austeridad, que deben preceder, por ejemplo, a que se vuelva al mercado de deuda

– ¿Usted creía ya antes de las PASO que el cronograma de vencimientos del préstamo del FMI era incumplible?
– Sí, lo veníamos observando en Analytica que no sólo era necesario renegociar los vencimientos de la deuda pública, sino también de la privada. No  compartíamos la visión del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, de seguir refinanciando la deuda, si el presidente Macri fuera reelecto, con la idea de que si ganaban las elecciones los mercados nos iban a volver a dar crédito. Me parece temerario, seguir apostando al endeudamiento sin orden la política económica.

La macroeconomía era necesario ordenarla. Los vencimientos de la deuda con el FMI, así como están, son impagables. ¿Hay incentivos para que el FMI acepte renegociar el acuerdo? Sí. ¿Debe reprogramar los vencimientos? Sí.

“La economía terminará este año con un ritmo de inflación de 60% anual y una recesión de al menos 3 por ciento”
“La economía terminará este año con un ritmo de inflación de 60% anual y una recesión de al menos 3 por ciento”

– ¿Cuáles serían esos incentivos para que el FMI acepten reprogramar los vencimientos por parte de un Gobierno populista, en el supuesto caso de que Cambiemos no logre remontar el resultado de las PASO, cuando ya prestó USD 57.000 millones?
– No sería un pedido de más plata, sino de reprogramar los vencimientos, porque se concentran a partir de 2022 a 2024, para que se extiendan los plazos. Porque sino la solvencia financiera del Estado no estará garantizada. Con un PBI que ha caído a USD 450.000 millones devolver USD 57.000 millones en 3 años, eso es impagable. Y desde el punto de vista del Fondo, que tiene concentrado en la Argentina el 60% de sus créditos activos, que colapse el acuerdo sería para ellos también un gran fracaso.

Con un PBI que ha caído a USD 450.000 millones devolver USD 57.000 millones en 3 años, eso es impagable. Y desde el punto de vista del Fondo, que tiene concentrado en la Argentina 60% de los créditos activos, que colapse el acuerdo sería para ellos también un gran fracaso

También están dadas las condiciones para que un nuevo Gobierno, que será muy duro negociando, tenga garantizada la ejecución de políticas, que se acuerde con el organismo, porque tendría mayorías en el Congreso. Más el acercamiento de ese espacio con otras fuerzas más afines, el sindicalismo y los movimientos sociales, le permitiría implementar un eventual programa de ajuste.

Lo que hay que entender es que la Argentina no tiene margen para evitar el ajuste fiscal porque no se va podrá emitir nueva deuda. Parte del ajuste, probablemente a otro ritmo, se podría financiar con una combinación de mayores recursos (por ejemplo, retenciones sobre las exportaciones) y una reprogramación de vencimientos de deuda privada sin quita de capital

– ¿Cómo evalúa la estrategia del Banco Central para enfrentar la incertidumbre de los mercados, fue acertado subir la tasa de las Leliq, dejar que suba el dólar y perder reservas?
– Me generó dudas la reacción inicial, la del lunes, porque tuvo una actitud rara, debió ser más agresiva con la tasa suba de la tasa interés de referencia para evitar que el dólar corriera como lo hizo. Creo que más allá de esa primera intervención, lentamente las expectativas se calman, tras el overshooting (disparada) inicial. Ya el nivel de fluctuación del tipo de cambio en torno de $60 es ultra competitivo para la Argentina, es un nivel que ya obliga a hacer ajustes en la cuenta corriente de divisas vía menores importaciones y de gastos en el exterior. Era necesario liberar recursos y aliviar la situación del frente externo, que es la que a mí más me preocupa. Pero va suceder de la peor forma, al estilo 2018.

La calma en el mercado de cambios depende más de cuestiones de racionalidad política en el corto plazo, que de una política de intervención aislada del Banco Central. Fíjese que los mercados empezaron a tranquilizarse cuando vieron reacciones de racionalidad por parte del presidente Mauricio Macri y del candidato Alberto Fernández, con señales de comunicación, de diálogo, después de una respuesta incendiaria inicial de parte del Gobierno, y a la que el espacio de Alberto Fernández respondió fuego contra fuego. Creo que al final de la historia ni a Macri le conviene que este período de transición sea tan inestable, ni a Alberto recibir una economía desordenada, herida de muerte.

“La calma en el mercado de cambios depende más de cuestiones de racionalidad política en el corto plazo, que de una política de intervención aislada del Banco Central”
“La calma en el mercado de cambios depende más de cuestiones de racionalidad política en el corto plazo, que de una política de intervención aislada del Banco Central”

– ¿Qué cree que deberá hacer el flamante ministro designado en Economía, Hernán Lacunza?
– Hernán Lacunza tiene dos frentes que atender más allá del impactos de la devaluación sobre la economía. Es clave la relación con el FMI teniendo en cuenta los eventuales incumplimientos de la meta fiscal y del programa monetario y cambiario. En el frente fiscal, el problema grave no son las medidas que anunció el Gobierno sobre el cierre de la semana sino el efecto de la devaluación sobre el gasto en subsidios a sectores económicos y la retracción en los impuestos internos por la recesión. Sobre el segundo frente, habrá que ajustar teniendo en cuenta que se rompió el techo de la banda cambiaria y tendrá que revisarse el target de reservas de divisas en el Banco Central.

– El próximo 15 de septiembre el Gobierno está obligado a presentar el Presupuesto 2020 ¿Qué pautas debiera establecer el flamante ministro de Economía designado, Hernán Lacunza, cuando tras el resultado de las PASO tiene bajas probabilidades de continuar en la gestión el año próximo, debiera hacer una presentación completa tradicional, o simplemente testimonial para cumplir con una formalidad?
– Los plazos se tienen que cumplir. Lógicamente ese proyecto va a ser un conjunto de intenciones, porque en realidad van a responder al programa del próximo presidente, al parecer de Alberto Fernández. Por tanto creo que este Presupuesto va a ser testimonial.

Fotos: (Augusto Fornaciari)



FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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