Entre los milagros y el éxito de la medicina a veces suele existir una delgada línea casi imperceptible, no obstante, lo cierto es que ya sea por divinidad o talento del personal del salud, algunas personas corren con la suerte de encontrar una solución favorable a sus problemas médicos, tal como sucedió con un menor de un año y ocho meses en el estado de Nuevo León, quien estuvo a punto de perder para siempre uno de sus dedos pulgares.
El pequeño, identificado como Arturo, sufrió un aparatoso accidente cuando su pulgar quedó enrededado en una cortina atrapada por un abanico de metal lo que le provocó al menor un desprendimiento total de su dedo. Tras el percance, sus padres lo trasladaron al Hospital de Traumatología y Ortopedia No. 21, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en donde médicos comenzaron labores para poder atender al niño.
Fue así como cirujanos de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del mencionado nosocomio atendieron con rapidez y éxito al menor, reimplantando su dedo en una compleja cirugía que duró poco más de seis horas.
La complejidad del proceso
Uno de los quirófanos del Hospital de Traumatología y Ortopedia No. 21, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) estuvo ocupado por poco más de seis horas por el doctor Miguel de la Parra Márquez y su equipo de trabajo que, en conjunto, trabajaron arduamente para poder salvar el dedo pulgar del pequeño Arturo.
Si bien el proceso de reimplantar un dedo es complicado bajo cualquier circunstancia, al ser el caso de un niño de un año y ocho meses de edad la complejidad de la cirugía aumentó considerablemente, por lo que el doctor Miguel de la Parra tuvo extrema precaución para volver a unir venas, arterias, tendones, huesos y nervios con suturas milimétricas.
“El dedo fue arrancado junto con un tendón, causando mayor dificultad al momento de unir las estructuras dañadas, en comparación al trabajo de cirugías por cortes finos de cuchillo o guillotina”, explicó el doctor.
Resulta de suma importancia mencionar que el actuar de los padres en este caso fue crucial puesto que después de que el pequeño Arturo sufriera el accidente, sus familiares guardaron su dedo dentro de una hielera envuelto en gasas húmedas entre hielo y agua para conservarlo en lo que llegaban al hospital para ser atendidos.
Dicha acción supuso una gran ventaja para que el menor de un año y ocho meses pudiera recuperara su dedo pues se sabe que en estos casos solo se cuentan con 24 horas para pode preservar su pulgar y reimplantarlo con éxito por lo que la cirujía del pequeño tuvo que realizarse contra reloj.
El procedimiento al que fue sometido el bebé Arturo lleva por nombre supramicrocirugía y consiste en utilizar un microscopio a su mámixo aumento para poder hacer la diminutas suturas ultra finas con un hilo transparente y delgado.
Afortunadamente para el pequeño y sus familiares la cirujía fue todo un éxito, siendo el personal de la la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) los héroes de esta historia al volver a implantar el dedo del menor.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Nuevo León emitió un comunicado en el que especificó que a dos meses de la cirugía el menor de un año y ocho meses continúa siendo atentido en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) en donde personal le realiza con frecuencia terapias de rehabilitación para que, poco a poco, pueda ir recuperando la movilidad de su dedo pulgar.
Del mismo modo, se detalló que esperan que el menor pueda continuar con sus ejercicios desde casa satisfactoriamente por lo que su caso fue calificado como un éxito total por parte de autoridades de dicha dependencia.
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