Tras el fracaso de un acuerdo con la oposición en el Congreso para aprobar el proyecto de Presupuesto que había enviado el Ejecutivo en septiembre y que el oficialismo buscó aprobar sin éxito a último momento, Alberto Fernández se reunirá esta tarde en Olivos con su ministro de Economía, Martín Guzmán y con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para evaluar los detalles del decreto simple a través del cual prorrogará la ley de 2021.
El jefe de Estado no descarta incluir en el instrumento de extensión del Presupuesto de este año algunos de los pedidos que hizo la oposición durante los últimos días. El objetivo es acercar posiciones de cara a un acuerdo con el FMI, a pesar de las diferencias que derivaron en duros cruces en los últimos días y que se prolongaban en las horas posteriores al rechazo definitivo con fuertes críticas desde ambos espacios.
El encuentro entre el jefe de Estado, el ministro y el titular de Diputados, que encabezó la maratónica sesión que se extendió hasta hoy, se celebrará en la quinta residencial a las 17, informaron fuentes oficiales a Infobae. Antes, se prevén conversaciones, en principio telefónicas, con la Vicepresidenta Cristina Kirchner.
En paralelo al debate en el Congreso, que se prolongó agónicamente por 20 horas, el Presidente analizó el contenido del eventual decreto con la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, mientras recibía noticias de lo que ocurría en el recinto y los pasillos legislativos de parte de Massa y el presidente del interbloque oficialista, Máximo Kirchner. También estaba en comunicación con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, que negociaron con los gobernadores para torcer voluntades a favor del oficialismo, un objetivo que no pudieron lograr.
Hasta el jueves, el Frente de Todos creía que tenía los números suficientes para aprobar sin mayores dificultades la ley que fija las metas de inflación, los presupuestos para obras, las inversiones y los tributos para el año próximo. Pero ese optimismo inicial duró poco. Horas antes del final del miércoles, tanto la oposición como los aliados del interbloque federal, muy críticos de las proyecciones “inverosímiles” de la ley que giró el Ejecutivo, anunciaron que darían quórum para sesionar pero que pensaban votar en contra.
Además de rechazar las previsiones del Ejecutivo, cuestionaba el trámite “exprés” que pretendía el oficialismo y exigían más tiempo de discusión.
En los últimos días, el Gobierno admitió algunos cambios en el proyecto e inició una serie de conversaciones frenéticas con los gobernadores y los diputados propios para canalizar las demandas y acceder, incluso, a implementar modificaciones en la ley que se había enviado al Parlamento el 15 de septiembre, que ya había sufrido cambios en línea con las negociaciones que lleva en paralelo al debate del Presupuesto el ministro Guzmán con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde el lado del Presidente apostaron a un diálogo con los opositores más proclives a un acuerdo. Ayer, el radical cordobés Mario Negri accedió a un cuarto intermedio en el recinto y se mostró a favor de dar aval al Gobierno, aunque con salvedades, esgrimiendo motivos políticos y de responsabilidad institucional. “No tener Presupuesto no puede ser una herramienta política para que el oficialismo se victimice, sin ley de Presupuesto no hay Nación posible. Intentemos buscar cómo acercamos posiciones para que la ley de Presupuesto salga”, dijo el cordobés identificado con las “palomas” de Juntos por el Cambio. También se mostraba en una posición más “blanda” el sector del PRO que comanda Cristian Ritondo, legislador de buena relación con Massa. Sin embargo, el resto de los bloques de la oposición decidieron rechazar un pacto con el Gobierno.
La reticencia final de Juntos por el Cambio y del interbloque Federal quedó plasmada a media mañana de hoy, cuando la oposición se negó a postergar el debate para la semana próxima ante la falta de acuerdo. Pasadas las 10 se ejecutó la votación, que vetó definitivamente el proyecto que había presentado el Ejecutivo, lo cual representa un fuerte revés político para el Frente de Todos. Se trata de la primera muestra de envergadura de la nueva correlación de fuerzas que rige el Congreso desde que se produjo el recambio legislativo después de la derrota del oficialismo en las elecciones generales de este año.
Negociaciones fallidas
En ese cuarto intermedio de ayer por la tarde, tanto el oficialismo como la oposición se reunieron para intentar acercar posiciones. El Frente de Todos admitió que la inflación será superior a la estimada -en el proyecto figura un 33 por ciento, contra las proyecciones privadas que apuntan a un 55 por ciento al final del año que viene-. Y les aseguró que prevén mayores ingresos vía recaudación para hacer frente a las previsiones. Para llegar a un acuerdo, ofreció rever el Presupuesto en junio de 2022.
Sin embargo, para JxC estas modificaciones “no fueron suficientes” porque también pedían la revisión de los aquellos artículos que le permitirían al Gobierno aumentar tributos, retenciones y prorrogar impuestos, puntos clave en los cuales el oficialismo no estaría dispuesto a ceder.
La semana había comenzado en el Congreso con la visita a la Comisión de Presupuesto y Hacienda del ministro de Economía, Martín Guzmán, para explicar los lineamientos y responder preguntas sobre el proyecto que ingresó en septiembre y que quedó cajoneado durante los meses de campaña electoral. Pasados los comicios, el oficialismo propició finalmente el postergado debate, pero desde la oposición avisaron que no veían con buenos ojos un tratamiento exprés. La semana pasada, el diputado nacional por Córdoba, Mario Negri, había dicho que las conversaciones “empezaban mal” por los ánimos intempestivos que mostraba el Gobierno.
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