Su mirada tímida, la sonrisa nerviosa y la mano en la nuca, como si tuviera el movimiento mecanizado del lanzamiento de bala, son los rasgos característicos de Nazareno Sasia, el chico que sumó una nueva medalla de oro para la delegación albiceleste en los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Tiene un brazo prometedor. Confía en continuar por la senda victoriosa para repetir la gesta en mayores. Incluso sus números fueron muy similares al de los atletas de Río 2016, aunque haya empleado un peso inferior a los protagonistas de Brasil. “Salió todo como quería. Estoy muy feliz y contento de haber conseguido esto porque fue algo que fui a buscar desde el comienzo”, le dijo a Infobae después de lograr la marca de 21.25, y ubicarse por encima del chino Jialiang Xing (plata con 20.89) y el italiano Carmelo Musci (bronce con 20.76).
Antes de cada lanzamiento miraba el mástil. El mismo que hace flamear a las banderas de los ganadores de Buenos Aires 2018 en atletismo. Su deseo por observar a la celeste y blanca en lo más alto del Parque Olímpico de Villa Soldati lo mantuvo concentrado en la competencia.
Tras la coronación aparecieron sus seres queridos. A ellos les dedicó el triunfo: “La familia y mi entrenador, porque me dieron mucho apoyo en estos días”. Su producción fue tan buena, que le alcanzó una marca inferior a la de las clasificaciones para colgarse la medalla de oro. “Todos los días son distintos. La vez pasada estaba más enchufado y pude hacer mejores marcas. Igualmente, el objetivo era mejorar mi marca personal y por suerte lo pude hacer el viernes”, deslizó con una tranquilidad sorprendente.
Con 17 años, Nazareno Sasia se convirtió en una promesa del deporte nacional. Ajeno a las cámaras de televisión, los flashes de las fotos y el constante pedido de selfies, el entrerriano se mantiene centrado en su futuro. “Ahora voy a participar en Mar del Plata. Primero quiero disfrutar esto y después ponerme a entrenar para el próximo torneo”, explicó ante los micrófonos de Infobae sin dejar de soñar en una nueva participación olímpica: “Hay que pensar en París (2024). Como Japón (2020) está muy cerca, no hay que apresurarnos. Todavía falta mucho para empezar a competir en mayores”.
Su pasado también se remite al fútbol. Por ello no sorprendió cuando en la etapa de preliminares le dedicó un lanzamiento a Juan Román Riquelme, el ídolo de Boca. “Fue una apuesta con mi entrenador. Es un jugador que respeto mucho y por eso le dediqué el lanzamiento”, confesó ruborizado. Sin embargo, sus virtudes con la pelota no mantenían ninguna relación con la técnica del astro xeneize. “Yo era un defensor medio pelo, por eso es mejor el lanzamiento de bala para mí”, continuó entre risas.
Su sacrificio fue constante. Cuando la mayoría de los espectadores sólo se detuvieron en apreciar el resultado que arrojó el brillo dorado de la medalla, Nazareno tuvo una preparación incansable, donde se tenía que despertar a las 5 de la mañana para ir a practicar. Además, por decisión propia optó por resignar el viaje de egresados a Bariloche para no perder el foco de su máxima ilusión. Por lo tanto, cuando vuelva a Cerrito, la localidad de Entre Ríos que cuenta con poco más de 5.700 habitantes, Sasia será recibido como un héroe nacional y compartirá su felicidad con el pueblo que lo vio nacer: “Imagino que todos tendrán una alegría enorme por el logro. Siempre me apoyo en el cariño de la gente y creo que va a estar bueno el regreso a casa”.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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