El crimen de Alberto Nisman: un rompecabezas al que le faltan las piezas principales

El fiscal apareció muerto de un tiro en la cabeza el 18 de enero de 2015 en su departamento del Le Parc. (Martín Rosenzveig)

Para el fiscal federal Eduardo Taiano, su colega Alberto Nisman fue asesinado en un plan previamente acordado. Todo plan tiene varios integrantes. Hasta ahora la Justicia señaló a uno solo: Diego Lagomarsino, el perito informático que trabajaba con Nisman y que le llevó el arma con la que fue asesinado.

Lagomarsino fue uno de los miembros de ese plan, según la acusación por la que fue citado a indagatoria para el próximo martes. ¿Y quienes son el resto de los integrantes? Son los autores materiales e intelectuales que todavía no se conocen. Es la parte esencial del rompecabezas que los investigadores deben armar. “Va a ser muy difícil”, analizó uno de ellos ante Infobae. Pero tras la imputación a Lagomarsino la investigación tomará esa dirección.

Lo que hasta ahora hay en la causa judicial es que Nisman murió en el baño de su departamento del complejo Le Parc, en Puerto Madero, entre las 20 horas del sábado 17 de enero de 2015 y las 10 de la mañana del día siguiente, según la data de la muerte que estableció la Fiscalía. Nisman fue encontrado muerto a las 22:30 del domingo.

La única persona que se conoce que entre esos horarios estuvo en el departamento fue Lagomarsino, que se retiró del complejo a las 20:30 del sábado. Pero para la Fiscalía Lagomarsino no fue el autor del crimen -principalmente porque no hay pruebas para acusarlo de eso-, sino que su rol fue el partícipe primario del delito de homicidio por llevar el arma, calificada de “amiga” para intentar montar un escenario de suicidio. Lagomarsino siempre dijo que Nisman le pidió el arma para cuidar a sus hijas.

Según la pericia de la junta interdisciplinaria de Gendarmería Nacional a Nisman lo mataron dos personas: una lo sujetó y otra le disparó. El dictamen de 1087 carillas que presentó el fiscal Taiano no avala la presencia de dos personas. Habla de terceras personas -pueden ser una o más personas- como autores del hecho y deja abierta a la investigación determinar la cantidad que intervinieron en el crimen.

Fiscal Eduardo Taiano

En los dos años y ocho meses de investigación no se determinó el ingreso de otra persona al departamento que no haya sido Lagomarsino. “Tenemos varias puntas que estamos profundizando”, explicó uno de los investigadores del caso pero también sinceró que “es muy difícil obtener la prueba”.

Otra pieza del plan criminal es si alguien ordenó el homicidio. “Sin duda hay una estructura desde la que se dio la orden”, señaló la fuente. Pero si es dificultoso llegar a los autores, más complejo es dar con quienes lo planificaron. “Necesitas un arrepentido”, agregó.

Pero la Fiscalía trabaja en una línea de investigación. Son las comunicaciones telefónicas que mantuvieron los ex agentes de inteligencia Antonio Stiusso y Fernando Pocino –dos hombres fuertes de la ex SIDE y actual Agencia Federal de Inteligencia (AFI)–; el entonces jefe del Ejército, César Milani; el subjefe de la AFI, Martín Mena; quien era el titular de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin; y el fiscal federal Carlos Stornelli, entre otras personas vinculadas a esos sectores y principalmente a la inteligencia.

Según los registros todos tuvieron un flujo de comunicaciones entre el 16 y 19 de enero que no era habitual entre ellos. El fiscal destacó en su dictamen que las llamadas fueron muy intensas horas antes que se conozca públicamente la muerte de Nisman, pero cuando su deceso ya había ocurrido. Y que esas llamadas se iban incrementando a medida que se aproximaba la hora en la que Nisman fue encontrado muerto.

La Fiscalía investiga las llamadas en un amplio entrecruzamiento que está en desarrollo. Entre esas comunicaciones también están las de Lagomarsino. El objetivo es poder determinar si a partir del informe que recibirá, más otras pruebas, se puede deslumbrar algún interés en un flujo de comunicaciones poco común entre personas de mucho poder y que tenían relación con Nisman, especialmente Stiuso, a quien el fiscal llamó el sábado 17 pero no pudo comunicarse. Para Taiano esa cantidad de llamadas solo se justifica por el impacto político que tuvo la denuncia de Nisman.

Diego Lagomarsino (Nicolás Stulberg)

¿Y el móvil? Todo crimen tiene una motivación, aunque los investigadores señalan que no se necesita tenerlo acreditado para avanzar la causa.

Cuatro días antes de su muerte, Nisman había denunciado a Cristina Kirchner, al entonces canciller Héctor Timerman y otros funcionarios y allegados al gobierno como encubridores de los acusados del atentado a la AMIA por la firma del mermorándum de entendimiento con Irán. La causa fue cerrada durante el gobierno de Cristina Kirchner y reabierta con la llegada de Mauricio Macri. En ese expediente la ex Presidenta y otros ex funcionarios fueron indagados y el juez Claudio Bonadio debe resolver si los procesa.

El fiscal de esa causa también es Taiano. “Vamos a unir ambas expedientes para saber que podemos obtener”, dice una fuente ante la consulta sobre el móvil del crimen y si puede estar relacionado con la denuncia que había hecho Nisman.

Junto con Lagomarsino también fueron citados a indagatoria cuatro custodios de Nisman que deben presentarse el 21 y 22 de noviembre. Se trata de Luis Miño, Armando Niz, Rubén Benítez y Néstor Durán que fueron acusados por incumplir sus deberes de funcionario público por no proteger al fiscal. No pesa la acusación de ser parte del plan criminal. Pero algunos de ellos son mirados más de cerca. Ocurre que forman parte del entrecruzamiento de llamadas y según el avance de la investigación su situación puede cambiar.

¿Es posible que en un eventual juicio oral, si avanza la acusación contra Lagomarsino, pueda ser condenado el participe de un homicidio pero no su autor? Infobae le traslado la pregunta a tres jueces penales que pidiendo reserva de sus nombres coincidieron en la respuesta: “Es jurídicamente posible pero no lo más común. Podes condenar a un partícipe pero cuando tenes acreditado con prueba de que sí hubo un autor”. Uno de ellos puso un ejemplo: “Imaginate una filmación en la que al participe lo ves pero el autor está borroso. Sabés que hay un autor pero no lo podes identificar, ni dar con él”.

Esas son las piezas que le faltan al rompecabezas de la muerte de Nisman que ahora la justicia intentará encontrar. A pesar que la causa ya tiene dos años y ocho meses, recién comenzó.

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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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